En una ambiciosa apuesta por la modernización y expansión del transporte público, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha protagonizado una jornada clave en el entorno del distrito de Carabanchel. Durante su visita a la futura estación de Comillas, una de las dos nuevas paradas que formarán parte de la primera fase de la prolongación de la Línea 11 del Metro, Ayuso detalló los avances de un proyecto que pretende revolucionar la conectividad de la capital.
El nombre «Mayrit», con el que en alusión histórica los árabes designaban a Madrid debido a su riqueza hídrica, vuelve a resonar en la mente de los madrileños mientras observan cómo las transformaciones urbanísticas cobran vida. El proyecto, con una inversión por parte del Ejecutivo autonómico de 518 millones de euros, busca conectar de manera más eficiente diferentes zonas de la ciudad, destacando la importancia de un sistema de transporte público moderno, rápido y puntual.
La ampliación de la Línea 11 se presenta como una arteria vital, conectando Cuatro Vientos con Valdebebas, a lo largo de 20 estaciones distribuidas a lo largo de 33 kilómetros. En esta primera fase, se trabajará en un tramo de 6,6 kilómetros que unirá puntos estratégicos como Plaza Elíptica y Conde de Casal, facilitando el movimiento diario de miles de ciudadanos. Esta obra abarca un complejo desarrollo logístico, utilizando más de 210.000 metros cúbicos de hormigón y 32.000 toneladas de acero, material suficiente para estructurar grandes colosos arquitectónicos.
Díaz Ayuso señaló que esta expansión no solo persigue mejorar la movilidad, sino que también está alineada con el compromiso de reducir en un 90% las emisiones de gases contaminantes antes de 2050, haciendo del transporte público una opción más ecológica y sostenible.
El anuncio llega en un contexto de éxito para el Metro de Madrid, que en este año alcanzará la histórica cifra de 700 millones de usuarios, un récord en sus 105 años de operación. Paralelamente, continúan otros proyectos de ampliación como el de la Línea 3 y se prevén nuevas obras para 2025 en la Línea 5, que mejorará el acceso al aeropuerto internacional de la ciudad.
La visión de la presidenta es clara: un Metro de Madrid renovado y capaz de atender la creciente demanda de movilidad de una metrópoli en constante evolución. Este compromiso se extiende a la actualización de la infraestructura existente, como la automatización de la Circular (L6) y la incorporación de puertas en los andenes, priorizando la seguridad de los pasajeros.
Dentro de esta transformación integral se incluye también la incorporación de 80 nuevos trenes, un esfuerzo sin precedentes que significará un aumento del 17% en la capacidad de pasajeros por cada tren. Con una inversión superior a los 900 millones de euros, esta renovación marca un hito histórico para la red de metro, garantizando un servicio más eficiente y cómodo para todos sus usuarios.
En definitiva, el plan del gobierno regional no solo modifica el mapa de transporte subterráneo, sino que redefine las facilidades y expectativas de movilidad para los madrileños, haciendo de Madrid una ciudad cada vez más conectada y sostenible.