La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se reunió hoy en Mérida con su homóloga extremeña, María Guardiola, en un encuentro institucional donde ambas líderes firmaron una declaración solicitando una revisión de la política respecto al cierre de centrales nucleares en España. Díaz Ayuso aprovechó para criticar la postura de la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, quien, según la presidenta madrileña, ha manifestado una actitud contradictoria al abordar el tema de la energía nuclear en la Unión Europea.
Según Díaz Ayuso, el cierre previsto de la Central Nuclear de Almaraz representa una amenaza para la garantía de suministro energético y el desarrollo económico de comunidades autónomas como Madrid, que depende en un 15% de la energía producida por esta instalación. Argumentó que la oposición a la energía nuclear podría incrementar la dependencia energética de combustibles fósiles, en particular del gas natural ruso, que representa el 21% del total adquirido por España.
En sus declaraciones, Díaz Ayuso solicitó una política energética fundamentada en la realidad y no en ideologías, subrayando la necesidad de políticas que favorezcan el medio ambiente, la industria y la autonomía energética de España. También instó al Gobierno a evitar la demonización de las empresas energéticas, usándolas como chivos expiatorios para justificar decisiones políticas.
La energía nuclear fue clasificada como energía verde por la Unión Europea en 2022, atributo que Díaz Ayuso destacó al señalar que ayuda a evitar la emisión de 30 millones de toneladas de CO₂ al año, favoreciendo los objetivos de reducción de gases de efecto invernadero. Asimismo, citó estudios que prevén un aumento del 23% en las facturas de electricidad para consumidores y empresas en caso de un cese precipitado de la actividad nuclear en el país.
La discusión se enmarca en un contexto en el que, según Díaz Ayuso, los impuestos sobre el sector energético han aumentado un 70% en los últimos cinco años. Continuar por esta senda, advirtió, desincentiva la inversión, afectando negativamente a la industria, al empleo y al avance digital. En su evaluación, dichas políticas podrían poner en riesgo incluso la seguridad nacional de España.
A medida que el debate sobre la energía nuclear se intensifica en Europa, instancias como la reunión de Díaz Ayuso y Guardiola revelan las tensiones subyacentes en torno al futuro energético de España, reflejando una suma de preocupaciones económicas, ambientales y de seguridad estratégica.