La reciente amenaza de Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos, de imponer un arancel del 25% a las importaciones desde México y Canadá ha encendido las alarmas en ambos países. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, han reaccionado inmediatamente buscando diálogo con Trump para evitar potenciales choques comerciales. Sheinbaum mantuvo una conversación telefónica que describió como «excelente», mientras que Trudeau llegó a volar a Florida para reunirse personalmente con el republicano. La estrategia de ambos líderes refleja la urgencia de paliar una crisis que podría dinamitar el T-MEC (USMCA), un acuerdo que actualmente exime de tarifas al comercio trilateral.
El contexto político no podría ser más delicado, ya que una guerra comercial podría tener repercusiones severas para las economías de Estados Unidos y Canadá. Trudeau, quien enfrenta elecciones en 2025, se encuentra en una posición crítica, pues el impacto económico de las sanciones podría ser un golpe fatal para sus aspiraciones y las del Partido Liberal. Este escenario también representa un riesgo considerable para Estados Unidos, alargando las tensiones que podrían fomentar una recesión y elevar la inflación, precisamente lo que Trump busca erradicar. Mientras tanto, Sheinbaum expresa confianza en una resolución favorable, afirmando que las caravanas de inmigrantes hacia la frontera norte han cesado, un punto no totalmente alineado con las declaraciones de Trump.
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