Por primera vez, la celebración de la Diada en Cataluña ha logrado detener la actividad parlamentaria en la Cámara Baja de España, gracias a una iniciativa del partido Junts. Esta acción refleja la creciente influencia de las formaciones independentistas en el Congreso, lo que ha suscitado un debate sobre el papel de las festividades regionales en la política nacional. La interrupción de las sesiones parlamentarias subraya no solo la importancia de la Diada para los catalanes, sino también el poder de negociación de Junts en el escenario político actual.
La medida impulsada por Junts ha generado diversas reacciones y ha puesto de manifiesto las tensiones inherentes entre el gobierno central y las aspiraciones autonómicas de Cataluña. Mientras algunos celebran la decisión como un reconocimiento necesario a la identidad catalana, otros la critican por considerarla un paso hacia la desestabilización institucional. Este evento marca un precedente en la dinámica política española, resaltando la complejidad de equilibrar las necesidades y demandas de las distintas comunidades autónomas dentro del marco del gobierno central.
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