Al menos 28 personas han muerto tras una ola de clima extremo que azotó el centro y este de Estados Unidos, afectando gravemente a estados como Kentucky, Oklahoma, Dallas, Kansas y St. Louis. La tormenta incluyó tornados y ráfagas de viento de hasta 130 kilómetros por hora. En Kentucky se concentraron 19 de los fallecimientos, subrayando el impacto devastador que los fenómenos meteorológicos han tenido en la región. Las autoridades se mantienen en estado de alerta mientras se pronostican más tormentas y tornados en los próximos días.
El Servicio Meteorológico Nacional emitió la alerta de tornados más severa, advirtiendo que las condiciones adversas continuarán afectando las áreas que ya han sufrido daños significativos. La intensidad de los vientos y la caída de granizo han destruido viviendas, dejando a numerosas familias en situación vulnerable. Las comunidades afectadas están comenzando el proceso de evaluación de daños y recuperación, mientras las autoridades instan a la población a extremar precauciones y mantenerse informados ante posibles evacuaciones y nuevas alertas.
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