Las intensas lluvias torrenciales han generado destrucción en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf, Argelia, causando estragos significativos, especialmente en el campamento de Dajla. Las riadas han inundado tiendas de campaña y derrumbado estructuras de adobe, exacerbando la precariedad en un lugar donde residen alrededor de 175.000 personas que huyeron del Sáhara Occidental en 1976, tras la ocupación marroquí. Las imágenes recientes muestran el desastre a gran escala, con damnificados y daños sustanciales en infraestructuras básicas. Desde finales de agosto, las tormentas sin precedentes han persistido, afectando la zona considerablemente.
Ante la emergencia, equipos de protección civil, unidades de respuesta a emergencias y tropas del ejército saharaui han sido desplegados para drenar el agua acumulada en las viviendas y espacios públicos, contando también con el apoyo del Gobierno argelino. La Media Luna Roja Saharaui ha confirmado significativos daños en viviendas y edificios públicos en el campamento de Dajla y ha reportado la situación de al menos 350 familias desplazadas por las riadas. Esta catástrofe destaca la vulnerabilidad de los campamentos saharauis frente a eventos climáticos extremos, agravando aún más las condiciones de vida de los refugiados.
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