La tormenta Floris ha comenzado a remitir en Escocia, el norte de Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte, tras haber desatado ráfagas de viento que superaron los 170 km/h en áreas montañosas. Uno de los momentos más impactantes se vivió en el aeropuerto de Leeds Bradford, donde un avión de Jet2 tuvo que realizar un aterrizaje complicado debido a la fuerza del viento. Este fenómeno meteorológico, inusualmente fuerte para la época, ha dejado a su paso numerosos cortes de electricidad que han afectado a miles de hogares, así como la cancelación de vuelos, trenes y eventos culturales en una época que se considera de festivales.
La Oficina británica de Meteorología ha confirmado que la tormenta se dirige hacia el noreste, con un impacto menor previsto para el Reino Unido. La alerta amarilla para las Islas del Norte ha sido levantada, aunque se anticipa un nuevo período de lluvias y viento inusuales esta semana, aunque sin la severidad de Floris. Mike Silverstone, meteorólogo adjunto del Servicio Meteorológico Nacional, está vigilando las condiciones climáticas, indicando que, a pesar del remanso tras Floris, el tiempo seguirá siendo inestable en el noroeste del país en los próximos días.
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