Rusia ha vuelto a atacar a civiles en Ucrania, con una oleada de misiles que ha dejado más de 30 muertos y 112 heridos, 17 de ellos en Kiev. Entre los objetivos golpeados, el hospital pediátrico Ojmatdit, que ha sido evacuado tras el impacto. El presidente ucranio, Volódimir Zelenski, calificó el ataque de “terrorista” y exigió cuentas a Rusia. La ofensiva coincide con la víspera de una reunión de la OTAN en Washington, donde se discutirán nuevas garantías para la futura adhesión de Ucrania a la Alianza, iniciativa rechazada por el Kremlin. Naciones Unidas condenó el bombardeo que ha dejado imágenes devastadoras, mientras las sirenas siguen sonando y los equipos de emergencia continúan su labor.
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