Un fuerte terremoto de magnitud 7,7 ha azotado el noroeste de Myanmar en la madrugada de este viernes, provocando pánico en Yangón, la capital económica del país, y en ciudades cercanas como Bangkok en Tailandia, a más de 1.000 kilómetros al sur. El seísmo, que tuvo su epicentro a unos 17,2 kilómetros de Mandalay, causó una réplica significativa, aumentando la incertidumbre en la región. Aunque las autoridades aún no han confirmado la cifra de muertos, el colapso de un rascacielos en construcción en Bangkok bajo los efectos del terremoto enterró a al menos 43 trabajadores, según informes de fuentes médicas. Paetongtarn Shinawatra, primera ministra de Tailandia, ha declarado el estado de emergencia en la ciudad. En Mandalay, importantes daños estructurales se reportaron con edificios colapsados, sumiendo a sus residentes en el caos.
En las redes sociales, las imágenes y testimonios desde Mandalay y Yangón han mostrado calles cubiertas de escombros y residentes huyendo aterrorizados, mientras el personal de bomberos inicia su labor de búsqueda de posibles víctimas. Testigos en Yangón describen cómo los ciudadanos dejaron a toda prisa los edificios cuando el suelo comenzó a temblar. En Bangkok, escenas similares se repitieron con huéspedes de hoteles buscando refugio en las calles. En una ciudad con 1,5 millones de habitantes, como Mandalay, el miedo se apoderó de los residentes; un ciudadano relata haber presenciado el derrumbe de un edificio de cinco plantas. La provincia china de Yunnan también sintió las fuertes sacudidas, según una declaración de la agencia Xinhua, reflejando la vasta escala del movimiento telúrico que afectó a múltiples regiones.
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