El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció en un mensaje grabado tras reunirse con altos mandos militares en Tel Aviv que Israel está cumpliendo su promesa de cambiar el equilibrio de poder en el norte. Esto ocurre en medio de una escalada de bombardeos en el sur del Líbano que han dejado un saldo trágico, con al menos 274 víctimas mortales y 1.040 heridos, según el Ministerio de Salud Pública libanés. Los ataques israelíes han desatado una ola de desplazamientos masivos, con miles de civiles dirigiéndose al norte hacia Beirut. Estados Unidos ha advertido a Israel contra medidas que puedan desencadenar una guerra total con el grupo militante libanés Hizbulá, que ha incrementado sus ataques en respuesta a la situación en Gaza.
Netanyahu ha dejado claro que Israel no esperará amenazas, sino que anticipará y neutralizará cualquier peligro, eliminando altos funcionarios y terroristas, así como sus misiles. Este lunes, Israel declaró haber atacado 300 objetivos vinculados a Hizbulá y pidió a los ciudadanos de áreas afectadas que evacuaran sus viviendas. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, advirtió a la población israelí sobre días intensos de combates y no descartó una invasión terrestre. A pesar de las preocupaciones expresadas por Estados Unidos, Israel parece decidido a continuar con su estrategia militar. En respuesta a la crisis humanitaria, el gobierno libanés ha activado un plan nacional de emergencia para asistir a los desplazados.
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