El trágico balance de víctimas sigue en aumento tras el devastador acontecimiento en la región afectada. Hasta la fecha, se confirman 2.056 fallecidos y más de 3.900 heridos, cifras que podrían incrementarse mientras continúan las labores de búsqueda y rescate. Las autoridades locales reportaron que las condiciones siguen siendo críticas y expresaron su preocupación por la cifra de al menos 270 personas desaparecidas, cuyo paradero aún es incierto. Equipos de emergencia trabajan incansablemente, enfrentando condiciones adversas para localizar a los desaparecidos y asistir a las víctimas que requieren atención médica urgente.
Mientras tanto, el gobierno ha declarado estado de emergencia en la zona impactada para agilizar los esfuerzos de socorro y maximizar los recursos disponibles. La comunidad internacional ha respondido ofreciendo ayuda humanitaria y enviando equipos especializados para colaborar en las labores de rescate y recuperación. Sin embargo, los desafíos logísticos, sumados a la devastación de infraestructuras, dificultan los esfuerzos de ayuda, dejando a miles de personas en una situación de extrema vulnerabilidad. La prioridad continúa siendo salvar vidas mientras se trabaja en la estabilización de las áreas más afectadas y se evalúan las necesidades a largo plazo para la reconstrucción de la región.
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