En la calle Almansa, cerca de Bravo Murillo, un grupo de individuos fue interceptado por pandilleros al negarse a realizar el saludo distintivo de la banda. Este incidente pone de manifiesto la creciente tensión y la intimidación que ejercen estos grupos en ciertas áreas de Madrid. La negativa de las víctimas, que insistieron en su derecho a caminar libremente sin someterse a los rituales de las pandillas, provocó una violenta confrontación que dejó en evidencia el poder que estos grupos tienen sobre la seguridad y la percepción de seguridad en algunas partes de la ciudad.
Las autoridades locales expresaron su preocupación por este tipo de incidentes que reflejan no solo conflictos territoriales, sino también un código de conducta impuesto por bandas que buscan controlar el espacio público. Vecinos de la zona han manifestado su inquietud ante la peligrosidad de las pandillas y la necesidad urgente de una respuesta policial efectiva. Este suceso ha reavivado el debate sobre las medidas necesarias para combatir el fenómeno de las pandillas en Madrid y garantizar la seguridad de todos los ciudadanos al transitar por estas áreas.
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