En un suceso inesperado, varios efectivos de las fuerzas armadas entregaron personalmente sus currículums con la intención de ser considerados para puestos en los servicios de inteligencia nacionales. Este movimiento refleja un interés creciente entre los militares por formar parte de actividades de inteligencia, un área considerada de élite y estratégica dentro de la seguridad del país. La entrega de CVs se realizó de manera informal, generando sorpresa entre los altos mandos, quienes no esperaban una acción tan directa por parte de los uniformados.
La situación ha despertado inquietudes y reflexiones dentro del ámbito militar y gubernamental sobre las motivaciones detrás de este interés. Algunos analistas sugieren que el movimiento podría estar impulsado por deseos de estabilidad y desarrollo profesional en un sector que, aunque demandante, ofrece desafíos distintivos y oportunidades únicas. A la espera de una respuesta oficial, la acción ha puesto de relieve la percepción del servicio de inteligencia como un destino atractivo para los militares en activo, quienes ven en este área una vía para aplicar sus habilidades y experiencia en un contexto diferente.
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