En una reciente operación llevada a cabo por la brigada antigrafiti, las autoridades incautaron una notable cantidad de materiales utilizados para realizar grafitis en espacios públicos sin autorización. Durante el operativo, se confiscaron varios ‘sprays’, un total de 15 litros de pintura y un rodillo, herramientas esenciales para quienes se dedican a esta actividad. La intervención es parte de un intento más amplio por parte de las autoridades locales para combatir el vandalismo y mejorar la estética urbana, en respuesta a las crecientes quejas de la ciudadanía sobre la degradación visual de sus barrios.
El aumento de los grafitis ilegales ha suscitado preocupación en varias comunidades, quienes ven cómo sus paisajes urbanos se ven alterados de manera constante. La policía ha intensificado sus esfuerzos para reducir estos incidentes, no solo focalizándose en los artistas, sino también en la prevención e identificación de puntos de alta incidencia. Se espera que estas acciones disuadan a quienes consideran continuar con esta práctica y que fomenten un diálogo sobre las posibilidades de expresión artística en espacios legales, como murales comunitarios donde el arte urbano pueda desarrollarse sin contravenir la ley.
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