En un operativo reciente en Usera, Madrid, agentes de la policía abordaron a un grupo de presuntos obreros que trabajaban en condiciones irregulares. Los hombres explicaron que su jornada laboral comenzaba cuando el encargado de la empresa los recogía cada mañana en una tienda de venta de materiales de construcción en el distrito. Este punto de encuentro se había convertido en un paso habitual para aquellos que buscaban empleo temporal en el sector de la construcción, mismo que muchas veces se realizaba sin contratos formales ni beneficios laborales.
Las autoridades han puesto el foco en esta práctica, que podría ser una muestra más de la precariedad laboral que afecta a muchos trabajadores inmigrantes en la capital. La policía continúa investigando a la empresa para determinar la legalidad de sus operaciones y asegurar el cumplimiento de las normativas laborales. Vecinos y activistas han manifestado su preocupación por estas situaciones, subrayando la necesidad de mejorar las condiciones laborales y proteger los derechos de los trabajadores más vulnerables.
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