En un intrincado esquema financiero que ha llamado la atención de las autoridades fiscales, Aldama y su socio Claudio Rivas fueron señalados por haber constituido una serie de sociedades destinadas a la venta de hidrocarburos, las cuales cerraban abruptamente tras operar solo unos meses. Esta táctica, según fuentes cercanas a la investigación, tenía como objetivo principal evadir las obligaciones fiscales con Hacienda, dejando escasos registros a su paso. Las empresas, registradas bajo diferentes nombres para dificultar su rastreo, seguían un patrón idéntico que permitía a los socios capitalizar ganancias antes de disolverlas sin liquidar los pagos correspondientes al fisco.
El modus operandi de Aldama y Rivas no solo dejó un vacío en el control tributario, sino que también puso en alerta al sector financiero sobre la vulnerabilidad de los mecanismos de supervisión ante estas prácticas. Las autoridades fiscales han intensificado sus esfuerzos para desenmarañar esta red de sociedades fantasma y han emitido una serie de recomendaciones para prevenir futuros intentos de elusión fiscal a través de métodos similares. La investigación está en curso, con un enfoque en determinar la magnitud del fraude y las posibles implicaciones legales para los involucrados.
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