El envejecimiento prematuro de las manos se debe en gran medida a su fisiología específica y al hecho de que, a menudo, no reciben el mismo cuidado cosmético que el rostro. Las manos están constantemente expuestas a factores externos como el sol, la contaminación y los productos de limpieza, lo que acelera la aparición de manchas y arrugas. Afortunadamente, es posible contrarrestar este proceso mediante el uso de productos preventivos, como aquellos que contienen retinol, conocidos por sus propiedades rejuvenecedoras.
Además del enfoque preventivo, las manchas, arrugas y otros problemas de la piel en las manos pueden ser tratados eficazmente con intervenciones médicoestéticas. Estos tratamientos, que van desde peelings químicos hasta terapias con láser, ofrecen soluciones personalizadas para mejorar la apariencia y salud de las manos. Así, aunque el envejecimiento prematuro de las manos esté justificado, aún hay esperanza para revertir sus efectos y mantener una apariencia juvenil mediante los cuidados adecuados y la intervención profesional.
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