La pérdida de peso abrupta, ya sea por dieta extrema o tras procedimientos como la cirugía bariátrica, trae consigo diversas secuelas en el organismo, siendo una de las más frecuentes la caída del cabello. Este fenómeno, conocido médicamente como efluvio telógeno, se debe a que el cuerpo, al experimentar un cambio radical en el peso y en la ingesta de nutrientes, prioriza las funciones vitales sobre otras fisiológicas. En consecuencia, el cabello, al no ser considerado esencial, es uno de los primeros en resentirse, llevando a una pérdida notable que puede preocupar a quienes se someten a tratamientos o regímenes para perder peso.
Especialistas en el campo de la nutrición y la dermatología advierten que el cuidado post-bariátrico debe incluir medidas específicas para mitigar este tipo de efectos secundarios. Recomendaciones como mantener una dieta equilibrada rica en proteínas y vitaminas, así como garantizar la hidratación y cuidados específicos para el cuero cabelludo, son esenciales para aquellos que han experimentado esta clase de pérdida de peso. La caída del cabello, aunque es una consecuencia angustiadora, suele ser temporal y puede revertirse con los cuidados adecuados, permitiendo que las personas disfruten de los beneficios de su nuevo peso sin comprometer su imagen personal.
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