Ser piloto de Fórmula 1 conlleva riesgos significativos, a pesar de los avances en seguridad que han reducido la frecuencia de accidentes en las pistas. Esteban Ocon, ex piloto de Alpine, compartió su experiencia tras un impactante accidente en el Gran Premio de Miami en 2022, donde perdió el control de su monoplaza y se estampó contra un muro de hormigón. El choque, que generó una bandera roja y detuvo los entrenamientos por más de quince minutos, resultó en un impacto de 42G que dejó al piloto con lesiones en ambas rodillas y serios problemas para caminar.
A pesar de las secuelas inmediatas, Ocon continuó compitiendo y logró finalizar la carrera en una destacada octava posición, después de partir desde el último lugar. Sin embargo, las repercusiones del accidente no se hicieron esperar; al día siguiente, el piloto se desmayó en la ducha y experimentó síntomas alarmantes, como orinar sangre. Ocon también señaló que en ocasiones anteriores había lidiado con efectos secundarios de impactos, incluyendo dolores de cabeza, visión nublada y mareos, lo que resalta los peligros persistentes a los que se enfrentan los pilotos en la élite del automovilismo.
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