La capilla ardiente de Francesc Antich, ex presidente del Govern balear fallecido a los 66 años, se ha convertido en un lugar de homenaje y despedida en el Consolat de Mar. Rodeado de la bandera autonómica y bajo un estricto resguardo policial, el féretro de Antich recibió la visita de numerosas personalidades y ciudadanos, quienes acudieron para rendir sus últimos respetos. Su esposa, Concha García, y sus dos hijos fueron los primeros en llegar, recordando la figura de Antich como un compañero excepcional. La presidenta del Govern balear, Marga Prohens, destacó el legado de sacrificio y amor por su tierra que dejó el ex mandatario, describiendo su partida como «injusta y prematura». Asimismo, las condolencias se extendieron a su familia, amigos y compañeros del PSOE de las Islas Baleares.
Figuras destacadas, como Francina Armengol, presidenta del Congreso y secretaria general del PSOE balear, acudieron al lugar, calificándolo como un día de «dolor absoluto» por la pérdida de un referente social y político en el archipiélago. Antich, recordado por su lucha a favor de la justicia social, dejó un impacto duradero en la política y sociedad balear, según expresaron los asistentes. También estuvieron presentes miembros del Gobierno balear y distintos grupos parlamentarios que, junto a la sociedad civil, guardaron un minuto de silencio en su honor. La presencia de expresidentes como Gabriel Cañellas y José Ramón Bauzá subrayó la transversalidad de su impacto, así como el reconocimiento de figuras fuera de su partido, reafirmando el legado de Antich como un servidor público dedicado y admirado.
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