El cierre de mercados locales en las grandes ciudades continúa siendo una realidad preocupante, ejemplificada recientemente en Córdova, donde Rafael, un carnicero con casi cuarenta años de trayectoria, se enfrenta a la pérdida de su lugar de trabajo. Afectado por la decisión del Ayuntamiento de transformar el recinto en un centro para menores, Rafael expresa su descontento y desconcierto ante la inminente despedida de un espacio que ha sido su vida laboral. A sus 63 años, se siente atrapado por las circunstancias y, aunque entiende la necesidad del cambio, no puede evitar cuestionarse el motivo de su reubicación.
La comunidad del barrio ha mostrado un sólido apoyo hacia Rafael, resaltando la conexión que ha establecido con sus clientes a lo largo de los años. Los vecinos lamentan su inminente partida, considerando que la solución encontrada no es la más adecuada para su situación. “Tiene mucha clientela aquí y lo dejan así, sin darle solución”, comenta una residente, reflejando el sentimiento colectivo de pérdida. Con el cierre del mercado, se cierne una incertidumbre sobre el futuro laboral de Rafael en un entorno donde los mercados enfrentan crecientes desafíos.
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