El mundo de la danza se prepara para recibir una serie de presentaciones que fusionan música, movimiento y narrativa en un ciclo que promete explorar la conexión humana y la expresión artística contemporánea. Desde el 12 hasta el 29 de junio, diversas compañías y coreógrafos mostrarán sus obras en un espacio escénico donde las emociones y las historias se entrelazan.
El inicio de esta programación lo marca «Cathedral», una obra que renace en el escenario del 12 al 14 de junio bajo la visión del reconocido Marcos Morau. Esta vez, el Scapino Ballet Rotterdam toma el protagonismo, inspirado en la música del compositor estonio Arvo Pärt. La coreografía nos transporta a un mundo futurista dominado por las tecnologías digitales, donde los seres humanos, desconectados entre sí, redescubren su humanidad a través de un encuentro simbólico con un meteorito.
Continuando con la variedad, los días 18 y 19 de junio, el Proyecto Larrua presentará «La casa vacía» en la Sala Negra. Esta obra de danza teatro explora las complejidades del arte, el amor y la memoria, al narrar la historia de una artista fallecida y su pareja. En un diálogo profundo con la soledad y el olvido, estas danzas visualizan la relación del ser humano con sus propios recuerdos y anhelos.
Del 19 al 22, el coreógrafo Sidi Larbi Cherkaoui despliega su talento en «Vlaemsch (chez moi)», una exploración de sus raíces flamencas. Este espectáculo nos transporta al Flandes renacentista del siglo XV mediante escenografía, vestuario y música, creando un puente entre el pasado y una visión futurista de identidad y pertenencia.
La obra «Wabi Sabi», prevista para el 21 y 22 de junio, reúne a los artistas Lucio Baglivo, Arthur Bernard-Bazin y Eva Alonso Martínez en una celebración de la fragilidad y multiplicidad humana. Esta presentación busca conectar a los individuos entre sí, explorando el deseo innato de encontrar un lugar propio sin desprenderse del amor y la conexión con los demás.
El ciclo concluye con «Mutar. Romper. Vibrar» los días 27, 28 y 29, donde las talentosas bailarinas Dácil González y Carmen Fumero, ambas destacadas en el ámbito de la danza contemporánea, llevan al público a un espacio de cambio y reinvención. Con una invitación a jugar y errar, este espectáculo cierra la serie con un mensaje de transformación y creatividad.
En conjunto, estas presentaciones ofrecen un rico panorama de la danza actual, abordando temas universales a través de propuestas innovadoras que prometen dejar una huella perdurable en los espectadores.