En un giro notable respecto a las celebraciones tradicionales, las bodas modernas están adoptando el formato tipo cóctel en detrimento de los banquetes formales. Este cambio refleja una voluntad de ofrecer una experiencia más dinámica y menos rígida, donde los aperitivos sustituyen a los tradicionales platos de varios tiempos. Según Sarai Chimeno, maitre de la finca Cuentos del Agua en León, este enfoque permite una mayor interacción entre los invitados, rompiendo con la formalidad de los banquetes tradicionales. A pesar de algunos mitos, Chimeno asegura que este formato ofrece una abundancia de opciones culinarias, asegurando que nadie queda con hambre debido a la variedad y cantidad de comida disponible, incluyendo tradiciones añadidas como la recena.
El formato de cóctel no solo cambia la dinámica de la comida, sino que también transforma la logística y el ambiente de la boda. Los invitados ya no están confinados a sus asientos durante largas comidas, sino que disfrutan de una mayor libertad para mezclarse y socializar. Espacios adaptados con mesas altas y bajas y áreas cómodas para relajarse aseguran el confort durante el evento. Además, se elimina la necesidad del tradicional sitting plan, permitiendo una interacción más natural. Este formato democratiza la experiencia, manteniendo viva la energía del evento y evitando interrupciones que puedan cortar el ambiente festivo. En última instancia, las bodas tipo cóctel presentan una opción versátil y atractiva tanto para los organizadores como para los invitados.
Leer noticia completa en El Pais.