En un pequeño establecimiento de apenas 20 metros cuadrados, se descubrió una operación ilegal de venta de metadona, una sustancia regulada y usualmente empleada para el tratamiento de la adicción a opiáceos. Las autoridades se sorprendieron al encontrar este tipo de actividad ilícita en un local de reducidas dimensiones, lo que sugiere un modus operandi organizado y discreto para evitar sospechas. El lugar, que aparentaba ser un punto de venta legítimo, ocultaba tras su fachada el tráfico de estas pastillas, utilizadas frecuentemente para el manejo de síndromes de abstinencia.
Este descubrimiento ha generado preocupación en la comunidad local y entre las autoridades sanitarias, ya que el tráfico y venta de metadona sin supervisión médica representa un riesgo significativo tanto para la salud de los consumidores como para la seguridad pública. Las investigaciones están en marcha para determinar el origen de las pastillas y la extensión de esta red de distribución. A medida que avancen las pesquisas, se espera una respuesta contundente por parte de las fuerzas del orden y un llamado a reforzar los controles sobre el comercio de sustancias controladas para evitar que situaciones similares se repitan.
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