En un giro histórico hacia la sostenibilidad, el Grupo de los Siete (G7) ha adoptado un ambicioso plan para abordar la crisis climática durante su última cumbre celebrada en Hiroshima, Japón. Los líderes de las siete economías más poderosas del mundo han acordado reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero y eliminar gradualmente el uso de combustibles fósiles para mediados de siglo. Este acuerdo también implica compromisos para aumentar la inversión en tecnologías limpias y renovables, así como el diseño de políticas que impulsen la transición hacia energías más sostenibles. La declaración conjunta enfatiza la urgencia de una acción colectiva y apunta a liderar con el ejemplo en la lucha global contra el cambio climático.
Además del enfoque climático, la cumbre del G7 destacó la importancia de fortalecer las alianzas internacionales para enfrentar desafíos comunes, como la seguridad global, el comercio justo y la recuperación económica post-pandemia. Los líderes expresaron su apoyo continuo a Ucrania en medio de las tensiones con Rusia, reafirmando su compromiso con la soberanía y la integridad territorial del país. La reunión también sirvió como plataforma para discutir la innovación tecnológica y la regulación digital, con el fin de garantizar que estos avances beneficien equitativamente a la sociedad global. Con estos acuerdos, el G7 busca consolidar su posición como un pilar de cooperación internacional y un catalizador de cambios críticos en el marco de las relaciones globales contemporáneas.
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