El Tribunal Supremo de España se enfrenta a un nuevo desafío al evaluarse la adecuación de las indemnizaciones por despido improcedente conforme a la normativa internacional, específicamente a la Carta Social Europea. A pesar de que el año pasado el Supremo determinó que las compensaciones españolas cumplían con el convenio 158 de la OIT, el nuevo análisis surge tras el pronunciamiento del Comité Europeo de Derechos Sociales, que criticó el sistema español por no ofrecer compensaciones adecuadas. Esta revisión genera expectativas en el ámbito laboral, ya que similares interpretaciones previas del Tribunal han variado en función de diferentes directrices internacionales, afectando decisiones sobre la remuneración durante vacaciones y otros derechos laborales.
El caso suscita un debate significativo sobre la posible inflexibilidad de la normativa actual, que podría no resolver situaciones de injusticia al establecer topes en las indemnizaciones. Existen precedentes donde los trabajadores, al ser despedidos sin causa, recibieron compensaciones que no cubrieron los daños sufridos, lo que contrasta con el ámbito civil, donde las compensaciones podrían ser totales. Esto plantea un dilema sobre si el propio sistema laboral termina perjudicando a los trabajadores que debería proteger. El Tribunal Supremo, en este «partido de vuelta», tendrá que decidir si se ajusta la indemnización tasada o se adoptan criterios más flexibles para garantizar una justicia plena ante casos particulares.
Leer noticia completa en El Pais.