El líder de Vox, Santiago Abascal, ha decidido no asistir a la tribuna ni a la recepción real del Día de la Hispanidad el 12 de octubre, en un gesto de protesta política que ha generado diversas reacciones. Abascal argumentó que su ausencia se debe a su desacuerdo con el trato recibido por el partido en instituciones y por la gestión del Gobierno. La decisión ha sido interpretada como un desafío a la monarquía y a las tradiciones institucionales españolas, destacando las tensiones políticas actuales en el país.
Este acto de plantón ha provocado críticas tanto de sectores políticos como de la ciudadanía, que lo consideran una falta de respeto hacia la Casa Real y las celebraciones nacionales. Mientras algunos apoyan la postura de Vox como una legítima forma de expresar descontento, otros lo ven como un extremo que perjudica el diálogo democrático. La dinámica polarizada en el Parlamento español continúa evidenciándose con acciones como esta, que subrayan las divisiones y desafíos presentes en la política nacional.
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