En un sorprendente giro de los acontecimientos, Cameron Norrie derrotó al número uno del mundo en un intenso partido con parciales de 4-6, 6-3 y 6-4 en la nueva pista parisina. La victoria de Norrie demuestra su capacidad para ser un rival incómodo, frustrando a su oponente con su estilo de juego tenaz. El encuentro estuvo marcado por la desconexión del número uno con la nueva superficie, cuya lentitud parecía complicar su rendimiento y estrategia habituales.
A medida que el partido avanzaba, la adaptabilidad de Norrie a las condiciones de la pista se hizo evidente. Mientras que el favorito no lograba encontrar su ritmo, Norrie capitalizó cada oportunidad, consolidando su ventaja con determinación. Esta victoria reafirma la posición de Norrie como un contendiente formidable en el circuito, y pone de relieve los desafíos de adaptación que enfrentan los jugadores en condiciones cambiantes.
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