En el transcurso de la historia, solo dos científicos españoles han tenido el honor de recibir el prestigioso premio Nobel. El más reciente de ellos fue Severo Ochoa, quien fue galardonado hace 66 años. Esta semana, el mundo científico está expectante ante la posibilidad de que esta tendencia cambie, ya que cuatro investigadores de origen español están en la contienda para conseguir el renombrado reconocimiento. Entre ellos se encuentra Pablo Jarillo-Herrero, quien se destaca en el ámbito de la física cuántica. A pesar de la expectativa global, Jarillo-Herrero se muestra tranquilo y desinteresado en relación a la posibilidad de ganar, afirmando que el premio, aunque prestigioso, no es esencial para su carrera profesional.
Jarillo-Herrero expresa su satisfacción con los logros alcanzados hasta el momento, destacando el reconocimiento obtenido mediante diversos galardones a lo largo de su trayectoria. «Si llega genial, y si no, también porque ya me siento muy reconocido con otros premios», afirma el científico, reflejando una actitud relajada y humilde respecto a la expectativa del Nobel. Este enfoque refleja una mentalidad centrada en la pasión por su trabajo más allá de los premios, un sentimiento compartido por muchos en la comunidad científica que valoran el impacto de sus investigaciones más que el reconocimiento formal. La potencial victoria de uno de estos investigadores representaría un hito significativo para la ciencia española y un motivo de orgullo nacional en el ámbito de la investigación.
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