Charo Ruiz, originaria de Marchena, Sevilla, se estableció en Ibiza durante la era hippy, cuando la isla era un refugio de libertad creativa y desenfado. Inició su andadura profesional con un humilde puesto de camisetas en un mercadillo local, sin imaginar que con ello estaba sembrando las bases de una futura empresa de éxito internacional. La esencia bohemia de Ibiza se convirtió en un componente fundamental de sus diseños, catapultando su marca hacia mercados como el estadounidense, donde ha encontrado un nicho prometedor y en expansión.
El trayecto de Ruiz es un ejemplo de cómo la inspiración y el espíritu emprendedor pueden florecer en contextos inesperados, transformando una pequeña iniciativa local en un nombre resonante en la industria de la moda. Su evolución refleja no solo el cambio en su vida personal y profesional, sino también el desarrollo de Ibiza como un epicentro creativo y estilístico. La conexión entre la estética isleña y su éxito comercial sigue siendo central en su marca, que continúa creciendo más allá de las fronteras españolas.
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