Advanced Micro Devices (AMD) ha desempeñado un papel fundamental en la industria de los semiconductores desde su fundación en 1969. A lo largo de las décadas, AMD ha presentado una serie de procesadores innovadores que han rivalizado ferozmente con los productos de Intel. Aquí, exploramos la historia y evolución de los procesadores AMD para ordenadores, destacando los hitos clave y características destacadas de cada generación, así como su competencia continua con Intel.
En sus primeros años, AMD comenzó como un segundo proveedor de microchips, fabricando versiones licenciadas de los procesadores de Intel. Este acuerdo de licencia permitió a AMD desarrollar y vender sus propias versiones de procesadores Intel, estableciendo así las bases para la competencia entre ambas empresas. Un ejemplo temprano de esta estrategia fue el AMD Am9080 de 1975, un clon del Intel 8080 que permitió a la empresa entrar en el mercado de los microprocesadores.
Con el lanzamiento del AMD K5 en 1996, la compañía introdujo su primer procesador x86 desarrollado internamente. A pesar de sus problemas iniciales de lanzamiento, esta línea sentó las bases para futuros desarrollos. La verdadera oportunidad de brillar llegó con el AMD K6 en 1997, que introdujo la tecnología MMX y compitió directamente con los Pentium II de Intel, obteniendo aceptación gracias a su buen rendimiento y precio competitivo.
El punto de inflexión para AMD vino en 1999 con el lanzamiento del AMD Athlon, el primer procesador de la compañía en superar a los productos de Intel en términos de rendimiento. Con frecuencias de hasta 1 GHz, el Athlon marcó un hito importante que solidificó la posición de AMD como un competidor serio para Intel. Avanzando unos años, en 2003, AMD dio otro gran paso con el Athlon 64, el primer procesador x86 de 64 bits que ofrecía compatibilidad con aplicaciones de 32 y 64 bits. Este procesador también presentó innovaciones como la arquitectura de memoria integrada, mejorando el rendimiento sustancialmente.
AMD no solo se concentró en el mercado de consumidores; en 2003 lanzó la serie Opteron, diseñada para servidores y estaciones de trabajo, utilizando la arquitectura AMD64 y destacándose por su eficiencia energética y rendimiento. Esta serie compitió exitosamente contra los procesadores Intel Xeon, consolidando la presencia de AMD en el mercado de servidores.
La serie Phenom, introducida en 2007, presentó la arquitectura de múltiples núcleos nativos y tecnologías como HyperTransport. Aunque tuvo un inicio difícil debido a problemas de rendimiento, la serie Phenom II corrigió estos problemas, proporcionando una competencia renovada a Intel.
El verdadero resurgimiento de AMD llegó en 2017 con la introducción de la arquitectura Zen en su línea Ryzen. Estos procesadores devolvieron a AMD al liderazgo en rendimiento, ofreciendo múltiples núcleos e hilos y compitiendo fuertemente con los Intel Core i7 e i9. El Ryzen Threadripper, también lanzado en 2017, se dirigió a entusiastas y profesionales, proporcionando hasta 32 núcleos y 64 hilos, superando a los Intel Core i9 en muchas tareas de alta demanda.
A lo largo de su historia, AMD ha pasado de ser un proveedor secundario a convertirse en un líder de innovación en la industria de los semiconductores. Desde sus primeros procesadores hasta los avanzados Ryzen y Threadripper, AMD ha competido ferozmente con Intel y, a menudo, lo ha superado en términos de rendimiento y eficiencia. Esta competencia ha sido beneficiosa para los consumidores, impulsando la innovación y reduciendo los precios en el mercado de los procesadores. Con su enfoque en la innovación y la eficiencia, AMD continúa siendo un competidor formidable en la industria de la tecnología.