Un reciente avance en la investigación médica ha dado un paso significativo hacia la transformación del tratamiento de pacientes que han sufrido un ictus isquémico. Un equipo de científicos del Instituto de Investigación del Hospital del Mar ha identificado cinco microARN que podrían servir como biomarcadores cruciales en la evaluación de la recuperación de estos pacientes.
El estudio, que involucró a más de 400 pacientes y se llevó a cabo en varios centros hospitalarios de España, ha sido publicado en la revista Neurology. Los investigadores detectaron que la presencia de niveles elevados de estos microARN en sangre está correlacionada con un pronóstico menos favorable a tres meses del evento. Esta asociación se mantuvo robusta incluso al considerar variables como la edad y la gravedad inicial del ictus.
Los microARN, pequeñas moléculas que desempeñan funciones esenciales en la regulación genética, fueron analizados en el estudio en un total de más de 2,000. El hallazgo de los cinco microARN asociados al ictus muestra un potencial terapéutico destacable. Según el Dr. Jordi Jiménez Conde, coordinador del Grupo de investigación Neurovascular del instituto, estas moléculas podrían intervenir en procesos vitales de recuperación como la neurogénesis y la angiogénesis.
La posibilidad de utilizar una simple muestra de sangre para determinar el pronóstico del paciente con estos biomarcadores marca un camino hacia la atención personalizada post-ictus. Aunque existen desafíos, como señala la Dra. Isabel Fernández Pérez, debido a la complejidad de los microARN que pueden afectar múltiples genes, el potencial futuro de estos hallazgos es prometedor. La investigación busca confirmar las relaciones causa-consecuencia y explorar nuevas aplicaciones terapéuticas.
El ictus isquémico es una de las principales causas de discapacidad en adultos, destacando la importancia de estudios como este que contribuyen significativamente a la comprensión científica y potencial mejora de la calidad de vida de millones de afectados anualmente. El esfuerzo por desentrañar las influencias genéticas y epigenéticas subyacentes al ictus subraya la relevancia del trabajo realizado por el equipo del Hospital del Mar y sus colaboradores.