En el yacimiento tartésico del Turuñuelo de Guareña, en Badajoz, los arqueólogos del CSIC han realizado importantes hallazgos que destacan el poder económico y cultural de la civilización tartésica. Entre los descubrimientos más relevantes se encuentran 27 fragmentos de una columna de mármol, procedente de la isla del Proconeso en el mar de Mármara, y un pozo de acceso a una atarjea. Estos hallazgos, presentados por los directores del proyecto Esther Rodríguez y Sebastián Celestino, demuestran un avanzado conocimiento en ingeniería y la capacidad de los tartesios para importar materiales desde regiones tan lejanas hace 2.500 años.
Los fragmentos de la columna y el complejo sistema de canalización hidráulica sugieren que el edificio del Turuñuelo era un centro de poder político y religioso. La columna, con policromía aún visible, fue encontrada junto a cerámica ática, lo que permite fechar con precisión el contexto y subrayar la influencia griega. Además, los restos del edificio, asociados a rituales y sacrificios, reflejan el poderío y la estructura social de Tarteso. La excavación, respaldada por la Junta de Extremadura, continúa revelando elementos como fragmentos de bronce y cerámica, preservados gracias a la arcilla que cubrió el edificio tras su incendio, proporcionando una valiosa ventana a esta enigmática cultura prerromana.
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