La psoriasis puede presentarse en zonas del cuerpo que complican su diagnóstico, como los genitales y los pliegues o en las uñas. En estos casos, sus síntomas pueden confundirse con otras afecciones como hongos o dermatitis seborreica, lo que agrava el infradiagnóstico. Estas localizaciones especiales, denominadas así por lo difícil de tratar, afectan considerablemente la calidad de vida de los pacientes. Un diagnóstico oportuno y una buena comunicación entre médico y paciente son esenciales. Según Montse Ginés, vicepresidenta de Acción Psoriasis, hablar abiertamente con el dermatólogo mejora significativamente la vida de los afectados.
Las complicaciones articulares, como la artritis psoriásica, son comunes en quienes sufren psoriasis ungueal, por lo que es crucial una coordinación entre dermatología y reumatología. Los dermatólogos como Pablo de la Cueva, del Hospital Universitario Infanta Leonor, recomiendan evaluar las localizaciones especiales por separado para ofrecer un tratamiento más preciso. Acción Psoriasis enfatiza el empoderamiento del paciente, fomentando un enfoque integral que incluya la adherencia a los tratamientos, el ejercicio físico, y el cuidado de la salud mental y hábitos de vida. La asociación busca que los pacientes asuman un rol activo en controlar su enfermedad para prevenir sus complicaciones.
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