Tomelloso, un municipio en Ciudad Real, es hogar de uno de los mayores viñedos de España, con 8.400 hectáreas dedicadas a la vid. Si todas sus cepas se plantaran en fila, podrían dar la vuelta al mundo. Sin embargo, lo que hace destacar a este lugar son sus curiosos «bombos», estructuras de piedra caliza sin argamasa que servían antiguamente como refugio para las familias trabajadoras de los viñedos. Los habitantes de Tomelloso solían construir estos refugios a partir de las piedras que recolectaban al arar el vasto terreno. Hoy en día, 700 bombos aún permanecen como un testimonio de su herencia agrícola, siendo parte de la Ruta de los Bombos, un sendero de 17 kilómetros que brinda a los visitantes la oportunidad de admirar estas singulares edificaciones.
Además de los bombos, Tomelloso ofrece una rica inmersión cultural con su legado vitivinícola y artesanal. Al finalizar el recorrido por los viñedos, los visitantes pueden explorar las antiguas destilerías que sobreviven como emblemas industriales, con chimeneas monumentales que dominaban el paisaje en su apogeo. La visita se complementa con experiencias culinarias como la alta cocina de pizza en Marquinetti, y el acceso a cuevas subterráneas que fueron usadas tradicionalmente para almacenar vino. Una parada en el museo dedicado a Antonio López Torres también ofrece un vistazo al arte y tradición familiar, enriquecido por la aportación del renombrado Antonio López García, sobrino del pintor. La diversidad de atracciones en Tomelloso no solo deleita a los aficionados al vino y el arte, sino que también destaca la importancia histórica de esta comunidad en la producción vitivinícola mundial.
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