La diversidad gastronómica de España es un tesoro que cada comunidad autónoma atesora con orgullo. En regiones como Murcia y Cataluña, se encuentran platos que, a pesar de su popularidad local, son poco conocidos fuera de sus fronteras. En Murcia, los michirones son una tapa emblemática en sus bares, mientras que en Cataluña, platos como el pan tumaca y los calçots destacan por su peculiaridad y arraigo. Sin embargo, el fricandó, un guiso de ternera de origen francés, se erige como una joya culinaria poco conocida en otras partes de España, pero muy presente en la oferta gastronómica de Cataluña, encontrándose en numerosos bares y restaurantes de la zona.
El fricandó demuestra la riqueza y adaptación de las recetas tradicionales, trascendiendo incluso fronteras históricas. En Cataluña, este guiso de carne de ternera destaca por su elaboración con setas, en contraste con el fricasé, que utiliza carne blanca. En Zamora, una variante conocida como fricandor presenta un giro distinto, al incluir bacalao o carne de guiso. Además, las relaciones históricas entre Cataluña y Cuba permitieron que el fricandó llegara a la isla caribeña, mostrando cómo las recetas pueden adaptarse y difundirse más allá de su lugar de origen. Así, la gastronomía española continúa siendo un puente cultural que une sabores y tradiciones a lo largo del tiempo y el espacio.
Leer noticia completa en 20minutos.