En un reciente viaje a Roma, una apasionada de la gastronomía española se aventuró a explorar la rica cocina italiana. Siguiendo las recomendaciones de una amiga que vivió en la ciudad, se dirigió a la trattoria Vecchia Roma, donde disfrutó de un ambiente auténtico y platos sabrosos. Entre las delicias del menú, destacó la bruschetta, un aperitivo clásico hecho de pan tostado, tomate y especias, que presentó un sabor fresco, perfecto para complementar una cena con pizzas y pasta. Esta especialidad, originaria de la Toscana, refleja la fascinante historia culinaria de Italia.
Además de la bruschetta, la visitante tuvo la oportunidad de probar el supplì, una bola frita con arroz y queso, que recuerda a las croquetas españolas, en un restaurante cercano a la Fontana di Trevi. Su experiencia gastronómica no se limitó únicamente a los platos tradicionales, ya que también redescubrió el cóctel Hugo, popular en los aperitivos italianos, destacando su sabor dulce. Con cada bocado y sorbo, su viaje se convirtió en un recorrido por los sabores y tradiciones que hacen de la cocina italiana un verdadero arte.
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