En un hallazgo que despierta la nostalgia tecnológica, un grupo de entusiastas de lo retro ha recuperado un ejemplar del televisor de tubo de rayos catódicos (CRT) PVM-4300 de Sony, el más grande de su tipo jamás fabricado. Popular en las décadas de 1980 y 1990, los televisores CRT eran conocidos por su pantalla de cristal y profundidad considerable. Sin embargo, el PVM-4300, lanzado por Sony en 1988, destacó por su imponente tubo de imagen de 108 cm, lo que lo convirtió en el televisor más grande comercializado hasta aquel entonces. A pesar de su innovación, su elevado peso, que requería una estructura especial para su transporte, y su exorbitante precio, que alcanzaba los 40.000 dólares en EE. UU., limitó su comercialización, haciendo que pocos llegaran a verlo.
El resurgimiento de este icónico televisor se debe a Shank Mods, un reconocido coleccionista y fabricante de versiones portátiles de consolas clásicas, quien localizó el PVM-4300 tras descubrir una publicación en un blog japonés que mostraba al televisor en un restaurante de fideos en Osaka. El dueño del local, que iba a ser demolido, accedió a donarlo con la única condición de que Shank Mods se encargara del transporte transoceánico. Con la ayuda de contactos locales, lograron desmantelar y trasladar los 200 kilos del aparato y su soporte especial de 78 kilos, asegurando su correcto embalaje para el envío a EE. UU. Una vez instalado, se comprobó que el televisor aún funcionaba, volviendo a ser utilizado para disfrutar de videojuegos retro, reviviendo así una pieza emblemática de la historia tecnológica.
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