El dolmen de Menga en Antequera, Málaga, erigido entre 3.800 y 3.600 a.C., es el más antiguo y grande de la península Ibérica. Recientes estudios publicados en «Science Advances» revelan que las enormes losas de su estructura, de hasta 150 toneladas, fueron trasladadas desde una cantera a 850 metros mediante un sistema de trineos y traviesas niveladas. Estas obras prehistóricas, alineadas con fines astronómicos, muestran un sofisticado conocimiento en ingeniería, geología y astronomía. Además, su construcción enterrada permitió descargas de peso mediante arcos similares a los de las catedrales medievales, logrando una estabilidad impresionante para la época.
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