La situación en varias localidades afectadas por el paso de la DANA en España ha dejado un rastro devastador, con los alcaldes en el centro de la gestión de la crisis en sus municipios. En Paiporta, la alcaldesa Maribel Albalat describe un escenario calificado como «un auténtico infierno». Cuatro días después de la catástrofe, aún hay áreas inaccesibles y la tarea de recuperación de víctimas mortales, que ya superan las 70 personas, continúa intensamente. Albalat agradece a las unidades de emergencia su implicación, pero insiste en que se necesitan más efectivos ante la “desesperante” situación. Las comunicaciones deficientes y un corte significativo en el suministro eléctrico han complicado la llegada de víveres, aunque la situación del agua potable mejora ligeramente.
Simultáneamente, Amparo Fort, alcaldesa de Chiva, comparte su gratitud hacia los voluntarios y servicios de emergencia que atienden la localidad. Chiva, que cuenta siete fallecidos tras la tormenta, vive una «montaña rusa» emocional, enfrentando tanto pérdidas materiales como un impulso comunitario por la recuperación. Mientras continúan los esfuerzos por localizar a los desaparecidos, ya se han abierto caminos hacia urbanizaciones para proveer de víveres y servicios básicos. Sin embargo, desafíos como una urbanización completamente a oscuras y problemas con los servicios de agua y electricidad persisten. En Aldaia, el alcalde Guillermo Luján denuncia la falta de ayudas institucionales, dado que un 99% del municipio ha sido gravemente afectado, con múltiples coches aún atrapados y daños extendidos a viviendas y comercios. La comunidad sigue movilizándose para lograr una recuperación parcial, pero la necesidad de maquinaria pesada y agua es crítica.
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