Un reciente estudio publicado en la revista «Frontiers in Psychology» sugiere que los rasgos de personalidad influyen significativamente en nuestras preferencias y respuestas ante el ejercicio físico. Según la investigación, los cinco grandes rasgos de personalidad —extroversión, amabilidad, neuroticismo, apertura a la experiencia y responsabilidad— determinan no solo si una persona realiza actividad física, sino también qué tipo de ejercicio prefiere y cómo le ayuda a manejar el estrés. Los resultados indican que adaptar el entrenamiento a la personalidad podría mejorar la adherencia a programas de ejercicio, aumentando así sus beneficios, un punto crucial considerando que solo el 20% de la población cumple con las recomendaciones de actividad física de la OMS.
El estudio involucró a participantes que fueron asignados al azar a programas de entrenamiento de ocho semanas, combinando ejercicios aeróbicos y de fuerza, o a un grupo control. Los resultados mostraron que los extrovertidos, por ejemplo, disfrutan de ejercicios intensos en compañía, mientras que aquellos con alta responsabilidad tienden a ser más disciplinados y obtener mejores rendimientos. Por otro lado, las personas con alto neuroticismo, aunque no se desempeñaban mejor físicamente, experimentaron una notable reducción del estrés. Según el equipo de investigadores, conocer los rasgos de personalidad puede ser clave para diseñar rutinas de ejercicio personalizadas, que no solo promuevan la salud física, sino también el bienestar emocional.
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