La Seguridad Social de España ha implementado una ayuda económica de hasta 7.000 euros destinada a las personas mayores de 65 años que no han podido acumular los años de cotización suficientes para acceder a una pensión contributiva. Este beneficio, gestionado por el Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso), no solo proporciona una pensión básica, sino que también garantiza acceso a asistencia médica y otros servicios sociales para asegurar una vida digna a quienes están en situación de vulnerabilidad económica. Esta ayuda reconoce el valor del trabajo no remunerado, como el doméstico o el cuidado de familiares, que muchas personas han realizado a lo largo de su vida sin recibir una compensación adecuada.
Para ser beneficiario de esta pensión no contributiva, los solicitantes deben cumplir con ciertos requisitos, como tener más de 65 años, residir en España durante un mínimo de 10 años, de los cuales dos deben ser consecutivos e inmediatamente anteriores a la solicitud, y no superar un límite de ingresos que varía según el número de personas en el hogar. Además, existe otra modalidad de la pensión para personas con discapacidad igual o superior al 65% y que tienen entre 18 y 65 años, con criterios de residencia más flexibles. Estas pensiones no solo alivian la presión económica, sino que también proporcionan acceso a servicios médicos gratuitos y medicamentos subvencionados, mejorando así la calidad de vida de sus beneficiarios. También hay posibilidades de gestionar la solicitud tanto presencialmente como a través de la sede electrónica, facilitando el proceso a los interesados.
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