En los viñedos de España, un fenómeno revitalizante está teniendo lugar de la mano de apasionados viticultores que dedican sus esfuerzos a rescatar variedades de uvas casi extintas, redescubriendo así la vasta riqueza vitivinícola del país. Durante décadas, estas variedades estuvieron al borde de la desaparición, opacadas por cepas más comerciales y rentables. Sin embargo, un renovado interés por la diversidad enológica y la preservación del patrimonio cultural ha impulsado a un grupo selecto de viticultores a embarcarse en la tarea de recuperarlas. Estos elaboradores, caracterizados por su inquietud y compromiso, están logrando que estas uvas olvidadas vuelvan a cobrar protagonismo en el panorama vinícola actual, ofreciendo a los consumidores una experiencia única que destaca por su autenticidad y respeto a las raíces vinícolas de la región.
Este resurgimiento no solo enriquece el abanico de sabores y aromas disponibles, sino que también actúa como un salvavidas para el legado agronómico de las regiones vinícolas. El redescubrimiento y tratamiento de estas cepas requiere un conocimiento profundo y un manejo cuidadoso, habilidades que estos productores han perfeccionado con el tiempo. Al devolver a la vida estas variedades, están redefiniendo las posibilidades del vino español, atrayendo la atención de aficionados y expertos de todo el mundo que buscan autenticidad y novedad en sus elecciones enológicas. Este movimiento, que en gran medida apuesta por lo local frente a la globalización de sabores, no solo beneficia a la industria del vino, sino que también contribuye a la sostenibilidad ambiental y económica de las áreas rurales de España.
Leer noticia completa en El Mundo.