El comportamiento de los gatos al acurrucarse en la cama de sus dueños no es simplemente una muestra de cariño, sino que está profundamente ligado a su naturaleza instintiva y necesidades emocionales. Según los expertos, estos felinos buscan espacios que les ofrezcan seguridad y confort, convirtiendo la cama de su dueño en un refugio ideal para descansar. La calidez, la suavidad y la cercanía a su humano les brindan un entorno propicio para sentirse protegidos y seguros. Además, comparten su territorio con su dueño, creando una conexión más profunda que fortalece su vínculo emocional.
Existen múltiples razones para este comportamiento, como la confianza que depositan en su dueño, lo que evidencia un grado elevado de comodidad y seguridad durante uno de los momentos más vulnerables: el sueño. El calor que busca intensamente, la comodidad que encuentra en una cama mullida, y la sensación de pertenencia y territorialidad son factores relevantes. Asimismo, para los gatos, dormir junto a su dueño es parte de su rutina diaria, un acto que también simboliza un gesto de protección mutua. Al final, este comportamiento refleja la independencia y cariño intrínsecos de los gatos, quienes a pesar de su fama de ariscos, demuestran su afecto y necesidad de compañía de diversas maneras.
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