Según Adam Oakley, experto en almacenamiento de Door to Store, el error común de almacenar huevos en los compartimentos de la puerta del frigorífico podría estar comprometiendo su calidad y seguridad. A pesar de que muchos frigoríficos están diseñados con espacios reservados para este propósito, Oakley sostiene que esta ubicación no es adecuada debido a las constantes fluctuaciones de temperatura causadas por la apertura y cierre frecuente de la puerta. Estas variaciones pueden fomentar el crecimiento de bacterias y debilitar la cáscara protectora del huevo, lo que acelera su deterioro.
Para mantener la frescura de los huevos, el experto recomienda ubicarlos en la parte más profunda y central del refrigerador, donde la temperatura es más estable, generalmente por debajo de los 2 °C. Aunque podría surgir la preocupación de que los huevos absorban olores o sabores indeseados de otros alimentos, Oakley sugiere usar una bandeja o recipiente cerrado para evitar este problema y mantener el orden en el refrigerador. Además, descarta el almacenamiento a temperatura ambiente, ya que acelera la pérdida de calidad. Refrigerados adecuadamente, los huevos pueden durar frescos entre 3 a 5 semanas, mientras que fuera de la nevera deben consumirse en un máximo de 1 a 3 semanas.
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