Si el virus lo permite, los mejores mercadillos navideños de Europa volverán a recobrar su protagonismo durante varias semanas de diciembre. Las principales ciudades europeas volverán a iluminarse con esa magia tan especial que desprenden estas fechas. Las arterias más populosas se iluminarán y quedarán decoradas con todo tipo de adornos navideños, y se instalarán los tradicionales mercadillos, tan conocidos en las ciudades del centro de Europa, por lo que quizá sea el momento de planificar unos circuitos por Europa. Las ofertas son continuas y más aún los destinos, desde grandes ciudades a pequeños pueblos. La Navidad es un tiempo de felicidad y familia.
El espíritu navideño resurge con más fuerza que nunca durante estas fechas, máxime después de esa terrible pandemia que aún afecta al mundo, y concretamente a Europa. La eficacia de la vacuna ha permitido que el turismo navideño vuelva a reactivarse y desde las agencias de viaje dan a conocer los principales destinos europeos con un mayor interés navideño, en base a sus tradicionales mercadillos, así como al atractivo cultural y gastronómico que ofrecen muchas ciudades del continente europeo. Desde Suiza, Francia y Alemania hasta destinos menos conocidos como Georgia o Estonia. No todo es dejarse deslumbrar por los encantos de Nueva York; Europa también cuenta con opciones muy interesantes, y con hasta un mayor encanto.
Suiza es uno de los destinos preferidos por muchos turistas. El país helvético, debido a su posición geográfica, permite no sólo conocer las ciudades más características del país (Basilea, Zúrich o Berna), sino también conocer algunas pequeñas comarcas de Francia y Alemania. Las distancias no son exageradas y tanto si se viaja en coche como en transporte público, las conexiones entre estos destinos son excelentes. Una opción muy recomendable es conocer Basilea, ciudad fronteriza con Francia (es sencillo ir a Estrasburgo) y Alemania. El encanto de estas pequeñas urbes es maravilloso, con su arquitectura mágica en sus casas y sus adornos y abetos. Y qué decir de la opción de degustar una amplia variedad de quesos.
Si el árbol de Navidad de Nueva York ejerce un gran poder de atracción, se recomienda dejarse sumergir por el encanto del árbol de Navidad que se levanta en Estrasburgo, al tiempo que se pasa por diversas pequeñas localidades de auténtico cuento de dibujos animados. Lo mismo puede decirse de cualquier ciudad de Alemania. A sus tradicionales mercados navideños, su cultura y gastronomía, se deben sumar sus artículos artesanales y su tradicional vino caliente. Desde Berlín a Múnich y pasando por cualquier rincón del país germano.
Budapest y Viena, así como otras muchas ciudades de Hungría y Austria, también se engalanan para la Navidad. En Budapest, por ejemplo, no destaca ese abeto gigante, sino una especie de vela con forma de guirnalda que cautiva a todos aquellos que pasean por sus calles mientras suena una clara música navideña. Lo mismo puede decirse de Viena, donde destaca su oferta gastronómica navideña y ese ponche caliente con el que combatir las duras temperaturas de esta zona.
Pero no todo se reduce a las grandes capitales. Otros destinos menos conocidos también ofrecen decoraciones navideñas y recuerdos artesanales. Un ejemplo es Madeira, donde su mercadillo navideño está inspirado en un cuento de esta época tan familiar. Asimismo, aparte de la gastronomía y recuerdos, es una zona en la que conocer los villancicos y folclores más populares de todo Portugal. Esta magia de la Navidad también nos descubre a la ciudad de Tbilisi, en la desconocida Georgia. A lo tradicional de un mercadillo, esta ciudad nos permite ver un rincón nuevo de Europa y empaparse de actuaciones teatrales y musicales navideñas en plena calle. Lo mismo puede decirse de Tallin, en Estonia, o ciudades de Polonia y Copenhague.
Cada sitio, cada rincón y cada ciudad cuenta con un encanto especial, incluso aquellas urbes muy pobladas, como París. La ciudad del amor se ilumina de una forma especial durante estas semanas con la Torre Eiffel como testigo. Londres es otro claro ejemplo, donde la Navidad también convierte a una ciudad ya de por sí reclamo de muchos turistas. En España, también encontramos mercadillos navideños, como el que se instala en el centro de Madrid, y con el añadido este año de ver crecer el abeto más grande del continente en la renovada Plaza de España. La Navidad nos permite conocer esa otra cara más familiar de muchas ciudades de Europa, donde el frío, la cultura, la gastronomía, la historia y lo artesanal se dan de la mano en unas fechas tan señaladas.