El croissant, considerado el bollo hojaldrado por excelencia, celebra su Día Internacional el 30 de enero, y son pocas las pastelerías que se resisten a tener su propia versión de esta delicia. Desde su origen en Francia, el croissant ha conquistado el paladar de millones de personas alrededor del mundo, convirtiéndose en un elemento esencial en las vitrinas de las panaderías y pastelerías. Su masa hojaldrada y su característico sabor mantecoso han dado lugar a múltiples interpretaciones, desde las más tradicionales hasta las más innovadoras, con rellenos que van desde el chocolate hasta ingredientes salados.
Este día especial brinda la oportunidad para que los amantes de la gastronomía celebren y degusten diferentes variaciones del croissant, a la vez que permite a los panaderos destacar sus habilidades creativas. La popularidad del croissant no solo se debe a su sabor, sino también a su versatilidad y capacidad de adaptarse a diferentes contextos culinarios. En ciudades de todo el mundo, este icónico bollo a menudo se acompaña de café en los desayunos o sirve como un elegante complemento en meriendas y eventos, consolidando su lugar como un clásico atemporal en el mundo de la repostería.
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