La schiacciata, una delicia culinaria originaria de la Toscana, en Italia, es una variante plana y crujiente de la conocida focaccia. Esta versión toscana destaca por su textura menos esponjosa, y es versátil tanto en sus versiones saladas como dulces. Una interpretación popular es la schiacciata all’uva, que incorpora uvas y azúcar, transformándola en un bocado dulce muy apreciado. Este pan plano se disfruta solo o acompañado de ingredientes como mozzarella, burrata, verduras a la plancha o embutidos, haciendo de él un aperitivo ideal.
La receta tradicional de schiacciata requiere fermentación, pero existen versiones más rápidas, como la de los cocineros Riccardo Barbazza y Luca di Palo, que sugieren una preparación simplificada. Su estrategia implica mezclar harina, aceite de oliva y agua, añadiendo finas láminas de patata, romero fresco y opcionalmente parmesano. Todo se acomoda en una bandeja y se hornea hasta dorar. Esta schiacciata exprés, que añade un poco de impulsor químico para facilitar el proceso, puede realzarse con parmesano y servirse inmediatamente, rematando con escamas de sal y acompañamientos a elección.
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