El Moncayo, con sus 2.314 metros, se erige como el pico más alto del Sistema Ibérico y un destino emblemático para los senderistas en Aragón. A pesar de su imponente altura, la ruta hacia la cima es accesible, ideal para quienes desean disfrutar de la experiencia de alcanzar un «dosmil» sin enfrentarse a dificultades técnicas. La subida más común se inicia en el Santuario del Moncayo, elevándose desde 1.600 metros a lo largo de aproximadamente 8 kilómetros, un recorrido que puede completarse en 3 a 4 horas, dependiendo del ritmo del grupo y las paradas.
La ruta ofrece un desfile de paisajes cambiantes que acompañan al senderista en su ascenso. Desde bosques de hayas y pinos, pasando por áreas de matorral bajo hasta la cima, donde las vistas se extienden hasta donde alcanza la vista, el esfuerzo es recompensado con panorámicas espectaculares. Además, este entorno ha servido de inspiración para figuras literarias como Gustavo Adolfo Bécquer, quien dejó su huella en las leyendas que rodean la montaña. La visita al Monasterio de Veruela, donde el poeta buscó su recuperación, añade un matiz cultural a la experiencia, haciendo del Moncayo un lugar donde la naturaleza, la historia y el vino se entrelazan en un atractivo sin igual.
Leer noticia completa en 20minutos.