La región de Occitania, en el sur de Francia, es un destino que, aunque a menudo eclipsado por la fama de París, ofrece un mosaico de paisajes naturales y patrimonios culturales únicos. Entre sus tesoros menos conocidos se encuentra Aigues-Mortes, una localidad de 6.000 habitantes que presenta una espectacular combinación de historia medieval con un entorno natural casi único en Europa. Ubicada al este de la región, Aigues-Mortes destaca no solo por sus imponentes murallas del siglo XIII sino también por sus excepcionales salinas rosadas. La ciudad, fundada por el rey Luis IX como puerto estratégico hacia el Mediterráneo, destaca por su bien conservado casco intramuros, donde la Torre de Constancia y la Iglesia de Nuestra Señora de los Sablones ofrecen una visión de la vida durante el periodo medieval. El trazado urbano, meticulosamente cuadriculado y atravesado por el canal del Ródano a Séte, ofrece un paseo repleto de encanto histórico.
A poca distancia del casco antiguo, las salinas de Aigues-Mortes, con sus inusuales tonalidades rosáceas, añaden un atractivo único a esta joya de Occitania. Estas salinas han sido explotadas desde la época romana y actualmente constituyen un enclave turístico que requiere de un boleto para su visita, prometiendo una experiencia visual inigualable. Estrategicamente ubicadas cerca de otras ciudades como Montpellier y Marsella, Aigues-Mortes constituye un destino ideal para quienes buscan un escape fascinante lleno de historia y naturaleza en el sur de Francia. Su cercanía a estas ciudades permite experiencias complementarias para los visitantes que opten por descubrir los encantos de Occitania, haciendo de Aigues-Mortes un punto de interés imperdible cuando se explora esta pintoresca región francesa.
Leer noticia completa en 20minutos.